Cuando mi querido y respetado Dr. José Martínez Romero (LOGOTERAPIA Encontrar sentido a la vida- http://logoterapiagalicia.blogspot.com/ )me sugirió escribir, con motivo del Día Internacional de la Mujer, sobre una reconocida escritora argentina como Alfonsina Storni (1892-1938) o María Elena Walsh (1930-2011), caí en la cuenta de que ambas constituyeron mis primeros contactos con la poesía. Aprendí a declamar, casi al mismo tiempo que a leer, de la mano de María Elena Walsh, con los poemas del libro “El reino del revés”. Ya adolescente, cayó en mis manos una antología completa de Alfonsina Storni y me volví su total admiradora, como nos ocurre con todos los amores que contraemos en esa época de la vida.
Ambas pertenecen a esas precursoras que han ido allanando el camino para las mujeres que venimos por detrás, siguiendo sus huellas. Mujeres independientes, que se atrevieron a incursionar en mundos masculinos, vedados para ellas, cada una en una época distinta. Alfonsina fue la primera mujer escritora que logró ser una más en las tertulias que celebraban notorios escritores de su tiempo, como sus grandes amigos Horacio Quiroga y José Ingenieros. Participó en la peña del Café Tortoni junto al pintor Benito Quinquela Martín, al músico y compositor - autor de “Caminito”- Juan de Dios Filiberto y al músico Pascual de Rogatis, entre otros. La peña se llamaba Signos y desde allí se hicieron las primeras emisiones de la radio Stentor y otras actividades culturales. El poeta Federico García Lorca no dejó de asistir a la misma ni una sola noche, en ocasión de su visita a Buenos Aires en 1934.
Estas mujeres con nombres reconocidos, con libros y discos editados, son la punta del iceberg de ese movimiento lento que avanza desde hace mucho tiempo, de mujeres anónimas, que en el día a día dan pasos para lograr ponerse a la par del hombre, mujeres anónimas como mis abuelas, maestras en el interior de Argentina, durante la primera mitad del siglo XX, como mi bisabuela que nació en el siglo XIX y que impulsó a sus hijas mujeres para tener estudios de maestras en esos tiempos, o como mi madre y mi tía que continuaron con la tradición de las mujeres de la familia.
Alfonsina Storni nació en Suiza en 1892 cuando sus padres, que se habían instalado con anterioridad en San Juan, Argentina, regresaron a su tierra. Más tarde, con ella pequeña retornaron a San Juan. Luego se mudaron a Rosario, provincia de Santa Fe, y realizó sus estudios de maestra Rural en mi querida escuela Normal de Coronda, también en la provincia de Santa Fe, que se fundó el año que ella ingresó a la misma, 1909, como la primera Escuela Normal Mixta de Maestros Rurales.
En la poesía de Alfonsina emergen una y otra vez sus sentimientos hacia el hombre como en “TU ME QUIERES BLANCA”; el deseo de rebelarse como en “BIEN PUDIERA SER” o las dificultades que debía afrontar por ser mujer cuando en “LA QUE COMPRENDE”, exclama “¡Señor, el hijo mío que no nazca mujer!”
TU ME QUIERES BLANCA
Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada
Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.
Tú que hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.
Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!
Huye hacia los bosques,
Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.
Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada
Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.
Tú que hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.
Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!
Huye hacia los bosques,
Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.
Pudiera ser
Pudiera ser que todo lo que en verso he sentido
no fuera más que aquello que nunca pudo ser,
no fuera más que algo vedado y reprimido
de familia en familia, de mujer en mujer.
Pudiera ser que todo lo que en verso he sentido
no fuera más que aquello que nunca pudo ser,
no fuera más que algo vedado y reprimido
de familia en familia, de mujer en mujer.
Dicen que en los solares de mi gente, medido
estaba todo aquello que se debía hacer...
Dicen que silenciosas las mujeres han sido
de mi casa materna...Ah, bien pudiera ser...
estaba todo aquello que se debía hacer...
Dicen que silenciosas las mujeres han sido
de mi casa materna...Ah, bien pudiera ser...
A veces en mi madre apuntaron antojos
de liberarse, pero se le subió a los ojos
una honda amargura, y en la sombra lloró.
de liberarse, pero se le subió a los ojos
una honda amargura, y en la sombra lloró.
Y todo eso mordiente, vencido, mutilado
Todo eso que se hallaba en su alma encerrado,
pienso que sin quererlo lo he libertado yo.
Todo eso que se hallaba en su alma encerrado,
pienso que sin quererlo lo he libertado yo.
LA QUE COMPRENDE
Con la cabeza negra caída hacia adelante
está la mujer bella, la de mediana edad,
postrada de rodillas, y un Cristo agonizante
desde su duro leño la mira con piedad.
En los ojos la carga de una enorme tristeza,
en el seno la carga del hijo por nacer,
al pie del blanco Cristo que está sangrando reza:
-¡Señor, el hijo mío que no nazca mujer!
Con la cabeza negra caída hacia adelante
está la mujer bella, la de mediana edad,
postrada de rodillas, y un Cristo agonizante
desde su duro leño la mira con piedad.
En los ojos la carga de una enorme tristeza,
en el seno la carga del hijo por nacer,
al pie del blanco Cristo que está sangrando reza:
-¡Señor, el hijo mío que no nazca mujer!
Quiero finalizar este pequeño homenaje a estas dos grandes mujeres argentinas con este conocido poema -difundido como canción- de María Elena Walsh que nos invita al optimismo.
Como La Cigarra
Tantas veces me matarontantas veces me morí
sin embargo estoy aquí
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
porque me mató tan mal
y seguí cantando.
Tantas veces me borraron
tantas desaparecí
a mi propio entierro fui
sola y llorando.
Hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la última vez
y volví cantando.
Tantas veces te mataron
tantas resucitarás
tantas noches pasarás
desesperando.
A la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando.
Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
Y en este enlace la podemos escuchar a María Elena cantando este poema: Como la cigarra (http://www.youtube.com/watch?v=ZiCX0FDToeo&feature=related )
Felicitaciones en este día para todas las mujeres que siguen las huellas de tantas otras que, como Alfonsina y María Elena, han ido haciendo camino para las generaciones futuras.
Me gusta geito!!!! Lindo relato!!! Gran prosa! gracias por compartirla!!! FELIZ DIA GRAN MUJER!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias, querida Cari!!!!!!!!!!!! Un beso grande, geo
EliminarFelicidades en el Día de las Mujeres! Muy bueno el artículo. Permite conocer sobre Alfonsina y María Elena Walsh y leer y escuchar su poesía.
ResponderEliminarSon mujeres trabajadoras también las que están en paro. Porque siguen trabajando de muchas maneras. En especial cuando ese paro es propugnado, sin justificativos, por instituciones o empresas.
Muchas gracias, José por haberme sugerido el tema y por apoyar el desarrollo de la mujer!. Claro que todas las mujeres deben ser reconocidas en el día de hoy, ya que cada una contribuye anónimamente en este avance que, aunque lento, es imparable.
EliminarMujeres rompedoras sin duda, y en sus poesías expresan el sentir de muchas, aunque desde Alfonsina ahora algo ha cambiado pero aún queda.Hermosa selección de poemas.
ResponderEliminarPido tu consentimiento para reenviar este escrito.
María Antonia Escudero Galmes
Sí, María Antonia, desde Alfonsina venimos avanzando, son pasos lentos pero firmes. Por supuesto que puedes reenviarlo, escribo este blog para compartir reflexiones, cuanto más se difunda, mejor. Un beso.
EliminarNo cabe duda de la influencia que estas dos "enormes" mujeres, de mediana estatura, tuvieron en muchas otras que pertenecemos a las cercanas generaciones posteriores a su existencia. Mi niñez la compartí con la voz de María Elena Walsh. Recuerdo que tenía varios discos de vinilo y un Wincofon, y todos los días canturreábamos juntas. Con ella lloraba por la "paloma pinta", y me divertía enormemente con "el reino del revés". También sus poemas formaron parte de la niñez de mis hijos y a quien quiera puedo cantarle ahora mismo de un tirón la canción de Manuelita.
ResponderEliminarLuego, su madurez, su filosofía para acompañarnos también a la hora de aprender a pensar sin dejar de cantar, como la cigarra.
Alfonsina Storni siempre me conmovió por su tesón (aguantando que hasta el propio Borges la criticara por su voz de "compadrita"). ¡¡¡Enfrentarse a esos grandes eruditos argentinos con toda la emoción de sus poemas !!! Eso, para empezar. Luego, toda su difícil vida y su muerte, que no fue sino una valiente entrega a los elementos,al universo del que formamos parte.
Alfonsina sigue estando en todas partes. Hoy también, rescatada hábilmente por los dedos de Georgina Bortolotto, tamborileando sobre el teclado de un moderno ordenador.
Desde Pontevedra, Marián Muiños
Preciosas palabras, Marián!!!!!. Sí, yo también crecí recitando poemas de María Elena y escuchando sus canciones, Canción para tomar el té, la Vaca Estudiosa, la Canción de la Vacuna y por supuesto, "Me dijeron que en el reino del revés, nada el pájaro y vuela el pez..."
EliminarY sabes que tuve un disco de Marikena Monti en el que cantaba varios poemas de Alfonsina, lo perdí en alguna mudanza y no pude encontrar esos poemas cantados entre los que estaba, La Caricia Perdida. Gracias!. Un beso.
Hola geo, muy bueno tu relato, me gusta lo de Alfonsina, nos sirve de ejemplo para los timpos actuales!!,no olvidandonos nunca de las poesias que nos fueron y son de gran ayuda para nosotras las mujeres!!.Debemos expandirlo para que estas cosas buenes no se pierdan, ni queden en el recuerdo. Un beso enorme y Muchas Felicidades en el dia de la Mujer!!. Ines.
ResponderEliminarMuchas gracias, Inés!. Me alegro mucho que te haya gustado, coincido con vos en que son ejemplos de mujeres valientes!. Un beso grande. georgina
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