viernes, 1 de julio de 2011

NOS COMUNICAMOS BIEN?

En “El poder de las relaciones”, John Maxwell  afirma: “Todo el mundo habla, todo el mundo se comunica, pero son pocos los que se relacionan verdaderamente: los que llevan sus relaciones personales, su trabajo y sus vidas un poco más allá” (http://johnmaxwellonleadership.com/). Me apasiona el tema de las relaciones humanas, siempre me pregunto si soy capaz de transmitir lo que siento, el respeto que me inspira una persona, la admiración por su trabajo, por su gesto generoso, por brindarme su tiempo único y permitirme entrar en su vida, al menos por un momento. Cada vez que escribo un mail, pienso en si estoy logrando transmitir al otro lo que realmente quiero decir. A veces, tengo la impresión de que las palabras no me alcanzan para expresar lo que quiero, o la intensidad de mi pensamiento y sentimiento.

Nos comunicamos permanentemente, en cada momento de nuestra vida, aún sin ser conscientes de ello. Lo hacemos con una mirada, con una sonrisa, con una palabra, con un gesto, y estamos creando puentes invisibles con los demás. Como dice Mario Benedetti en su poema “Hagamos un trato” :

…”si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y  una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo…”




El tema de la comunicación y las relaciones nos interesa a todos los que intentamos escribir para ser leídos o hablar para ser escuchados. John Maxwell sostiene que “La capacidad para relacionarse con los demás comienza con la comprensión del valor de las personas”. Es una cuestión de actitud y de intencionalidad: tener interés en los demás, poner energía en escucharlos y compartir sus opiniones, en prestar más atención a los otros que a uno mismo.
Pero, cómo llegar al otro o a los otros con un mensaje, cómo lograr que se entienda lo que expresamos, sin interferencias. He podido comprobar muchas veces que, aunque hablo español, al ser argentina tengo vocablos diferentes, uso distintos giros idiomáticos, expresiones particulares, y aunque intento expresarme en el modo que pueda resultar más accesible a mi interlocutor, cuando me apasiono, me es muy difícil evitar las palabras más cercanas a mi origen.
Recuerdo una anécdota muy simpática que me sucedió hace muchos años. Hacía poco que había llegado a Madrid, destinada al Consulado argentino, y una noche paré un taxi en la esquina de mi casa. Hasta ese momento, había podido constatar lo poco expresivos que me resultaban los madrileños en comparación con los demostrativos argentinos que, en ese aspecto, nos parecemos mucho a los italianos. No bien subí al taxi, saludé al conductor y le indiqué el destino, el hombre se giró y - con un simpático y musical acento andaluz-, me dijo: “por cuánto tiempo esos ojos alumbrarán la ciudad??, y yo que no había recibido un halago (un “piropo” como decimos los argentinos) desde que había bajado del avión, le respondí   “usted es andaluz?”, a lo que él contestó con gracia: “Y encima, inteligente!”. En esta anécdota se concentra todo un compendio de comunicación: acentos particulares, palabras diferentes, gestos y expresiones.

Asimismo, Maxwell afirma que “cuando interaccionas con otros, accedes a un lugar que te permite aprovechar al máximo tus aptitudes y talentos”. No hay duda de que cada vez que nos relacionamos con los demás, nos enriquecemos, aprendemos del otro y fortalecemos los lazos que nos conectan.
En consecuencia, tenemos que hacer un esfuerzo para interrelacionarnos, poner energía en cada intento, que va a volver a nosotros revitalizándonos y ayudándonos a crear nuevos vínculos.
Y finalizo con una frase del novelista Luis Auchincloss: “Lo único que mantiene activo a un hombre es la energía, y ¿qué es la energía sino el gusto por la vida?”.

3 comentarios:

  1. Este comentario me lo remitió Fernanda Ruíz:
    Con respecto al blog, no se por qué no ha salido pero no me importa repetirte lo que en el te puse.
    Me gustan mucho tus comentarios y veo que tienes una fuerte vena social.. Estoy totalmente de acuerdo contigo en lo que se refiere a hablar mas y escuchar mas porque muchos problemas se resolverían antes, mas y mejor. Enhorabuena sigue adelante.
    Con respepcto al tema del acoso profesional, poco puedo aportar pues no he tenido la desgracia de sufrirlo, pero tengo claro que antes cualquier acoso: TOLERANCIA CERO.Un fuerte abrazo y hasta pronto. Fernanda

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  2. Me he tomado la libertad, sin tu permiso de comentar un poco este maravilloso articulo que has escrito. Yo creo que a veces la gente simplemente no entiende a que nos referimos cuando hablamos... a mí me gusta mas escuchar a que me escuchen... no soy una persona que se exprese tan bien cómo quisiera, quizás eso sea porque no tengo una facilidad de palabra tan grande, como puedes tener tú... me hace gracia ( valga la redundancia) que suelo expresarme mejor escribiendo que hablando... me considero tímida, aunque he perdido parte de esa timidez con el tiempo,( cosa que me ha costado y me sigue costando, a pesar de que me enfrento a todo ) en ese sentido no tengo miedo... como digo yo ( vivir con miedo es vivir a medias ) cuánto se puede aprender contigo... creo que eres una gran luchadora y una gran persona ( aunque apenas te conozca) por eso te admiro... un besito María.

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    1. Exactamente María, en esta nota intenté reflexionar sobre lo difícil que resulta, a veces, transmitir el mensaje que uno realmente desea expresar. Besos y gracias por tu comentario, ayuda a seguir analizando un tema tan importante.

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